La urea es uno de los fertilizantes nitrogenados más utilizados, pero si se utiliza de forma inadecuada puede resultar tóxica para los cultivos. Por ello, el uso científico y racional de la urea es muy importante para aumentar el rendimiento de los cultivos.
La urea puede provocar quemaduras en las raíces de los cultivos a través de su producto de descomposición, el amoníaco, o la volatilización excesiva del amoníaco puede provocar "quemaduras en las plántulas" de las plantas. La aparición de estos problemas suele estar estrechamente relacionada con el método de fertilización, la cantidad de fertilizante y las condiciones ambientales.
Es muy importante controlar adecuadamente la cantidad de urea utilizada. En general, la cantidad de urea aplicada por mu no debe superar los 20 kg y la cantidad específica debe ajustarse según la fertilidad del suelo y los requisitos de nitrógeno del cultivo.
La urea debe aplicarse en etapas para evitar una fertilización a gran escala de una sola vez para reducir el riesgo de volatilización de amoníaco y envenenamiento por amoníaco de las raíces de los cultivos.
Después de aplicar urea, se debe aplicar agua a tiempo para permitir que la urea se disuelva rápidamente en el suelo, lo que puede reducir su toxicidad para las raíces de los cultivos.
La aplicación profunda de urea cerca del sistema radicular de los cultivos, evitando las raíces, puede reducir eficazmente la volatilización del amoníaco y el daño a las plantas debido al efecto de la capa del suelo.
La urea de liberación lenta puede reducir eficazmente la volatilización del amoníaco al liberar nitrógeno lentamente, al tiempo que proporciona un suministro continuo de nitrógeno durante el período de crecimiento del cultivo, evitando los problemas de toxicidad que puede causar la urea tradicional.
Realice análisis de suelos periódicamente para conocer el contenido de nitrógeno y la fertilidad del suelo, y ajuste el plan de fertilización según la situación real. Monitoree el crecimiento de los cultivos en tiempo real para descubrir y resolver rápidamente posibles problemas con los cultivos.
Para evitar la posible toxicidad de la urea en los cultivos se requiere una gestión científica de los fertilizantes y una tecnología agrícola avanzada. Mediante estrategias como la fertilización adecuada, la fertilización fraccionada, la fertilización húmeda, la aplicación profunda de urea y el uso de urea de liberación lenta, se puede reducir eficazmente el daño de la urea a los cultivos y garantizar el crecimiento saludable de los mismos.